Así que este aire festivo, que no solo implicaría un riguroso brindis por la sala, sino también por uno de los componentes de la formación, Rubén (Señor) Marrón, fue el denominador común para una noche de rock árido y de tormentas rítmicas anclado en la mejor tradición americana. “Songs to sing along”, “Second to none” y “The truth the whole truth and nothing but the truth” (este será su próximo EP que publicarán el 16 de octubre), saltaron al escenario de la Sala Wah Wah con toda la tranquilidad que les caracteriza pero con la certeza de la conquista.
Los “barbacas” que retan a duelo a los Violent Femmes, que la toman con Kraftwerk con “The model” y que terminan de alterar a los presentes con un “Lucille” reversionado tras el legado de Little Richard. Esos son Javi (voz, guitarra), Rubén (guitarra) y Guille (percusión). Sin sorpresas fueron los culpables que desde ese “Sunday” que abría su concierto el público se entregara en una ceremonia de rock destilado pero con raiz, sureña en ocasiones, con tintes blues en otras y con un boogie a lo Willie Dixon imprescindible. Y es que la presencia no hace al músico, y las barbas, las cadenas o el chaleco a lo sheriff de Arizona Baby Ville no evitan que incluso la electrónica alemana pueda tener su hueco en su repertorio... Mancillada y llevada a su terreno, por supuesto, pero brillando en esa letanía de desiertos y slides.
Sobrios y contundentes, Javier y los suyos siguieron esa máxima que les caracteriza como es la franqueza escénica de todos los temas de su setlist. Desde el “Sunday” al “The truth” pasando por “Dirge” o ese “Shiralee” con efecto vocal incluido iban desgranándose sin prisas y dando lugar también a compartir parte de la filosofía “arizonababyana”... Y es que, la máxima del show podría ser esa frase de Javier: “En la vida en general, ante la duda, más guitarra”. Y más guitarra, desde luego, se rompan o no las cuerdas en mitad de una canción.
Un show que volvió a demostrar que no es necesario un gran despliegue de rutilantes medios para poder sentenciar una noche de calidad musical. Dos guitarras y la percusión son suficientes para que la energía de los tres vaqueros fluyera de inicio a fin del concierto. Una fiesta de cumpleaños de las divertidas con una lista de invitados de lujo.
Del Shannon no podía faltar en el setlist de los Arizona Baby, tema que ya compartieron sobre el escenario con Los Coronas en esa unión por lo civil que fue Corizonas. Así que este “Runaway” no huyó de la esencia de los Arizona y también formó parte de los 12 años de la Sala Wah Wah que compartimos junto a los compañeros de Let's go promociones. ...Y que lleguen 12 más... ¡Jijah!.
(Amalia Yusta, www.alquimiasonora.com)
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