Después del exitoso matrimonio entre Arizona Baby y Los Coronas, ha llegado el momento en el que los primeros deben seguir su camino. Y antes de embarcarse en la grabación de su segundo disco, tercero si contamos aquel primero que autoeditaron, han decidido que era el momento de dar salida a seis canciones a las que además acompañan una versión de Kraftwerk y un experimento psicodélico.
A estas alturas de la película, no hace falta contar de que rollo van los Arizona Baby. El desierto corre por sus venas y sus barbas han crecido bajo el castigo del sol, alimentadas sin una sola gota de agua. Si a eso le sumamos su estilismo y su actitud, estamos ante los representantes mas puros del country-folk americano en nuestro país. Y además de todo esto, con este puñado de canciones se colocan como abanderados de un sonido artesanal, lejano de la sobreproducción a la que últimamente estamos acostumbrando a nuestros oídos.
Con “Where the Sun Never Sets” abren fuego y disparan de forma certera guitarras y ritmos perfectos para una banda sonora de carretera y polvo en la cara, acompañados por la carismática voz de Javier Vielba, con ese tono a medio camino entre Arkansas y Pucela. “Rock and Roll Messiah” es un blues que huele a bourbon con hielo y se debe de saborear del mismo modo, deleitándonos en cada punteo de Rubén Marrón mientras dejamos que el hielo se derrita y venga la voz a quejarse amargamente bajo la atenta mirada de un barman con cara de pocos amigos. “If I Could” podría pertenecer a “Babel”, último disco de Mumford & Sons y no desentonaría en absoluto.
“The Ballad of Golden Valley” es canción de spaghetti western. Unos títulos de crédito con esta canción de fondo serían la fantasía erótica favorita de directores como Sergio Leone. “Misty Morning Sun” es el single elegido para presentar este EP y tal vez sea justo decir que coquetean con el pop muy a su manera, sin dejar de lado esos ritmos característicos de la banda, pero introduciendo unas armonías muy interesantes en los estribillos y con “The End of the Line” ya no hay discusión. La única ley que sirve a la hora de pelear por la valía de Arizona Baby es la de un par de pistolas y unos dedos rápidos capaces de disparar a mayor velocidad que aquel que se encuentra a diez pasos, calzando unas botas con unas espuelas nuevas y relucientes.
Y aquí empieza lo divertido. Dos temas donde la banda ha disfrutado de lo lindo. La primera de las canciones es “The Model”, sorprendente versión del grupo alemán Kraftwerk que jamás nos habríamos planteado queArizona Baby podía hacer, por lo diferentes que son entre sí las dos bandas. No es necesario decir que los vallisoletanos han llevado la canción a su terreno y se han adueñado de ella como si fuera un tema propio. “Chapeau” que dirían los más entendidos. “The Truth is on the Radio” es una remezcla de su tema original“The Truth”, a cargo de bandas amigas y de ellos mismos, cambiando el género de la canción, llevándola desde el surf hasta el pop más comercial, pasando incluso por la electrónica y todo ello simulando una radio que va cambiando de emisora, como si estuviéramos sintonizando la versión que más nos apetece en ese momento y terminando con los últimos segundos de la canción en su formato original.
Son sólo un buen puñado de canciones, pero todo agradecimiento es poco cuando está hecho de tan buena manera. Ahora sólo falta que se decidan a entrar en el estudio y que no alarguen demasiado la espera hasta su siguiente disco. ¿Elegirán alguno de los nuevos sonidos que han experimentado en este EP para su nuevo disco o seguirán en la misma línea que tan bien les está funcionando? Tendremos que esperar, pero seguro que cuando vuelvan, estaremos al acecho para sacar nuestros revólveres.
(Jesús Marín, www.indiefermag.com)
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