Ocho músicos compartiendo un escenario y un repertorio que no es el suyo. Mucho pelo sobre el escenario. Patillas, barbas y sombreros vaqueros. Lo que al principio parecía una entente cordiale anecdótica, terminó convirtiéndose en una de las mejores giras del pasado año en la queLos Coronas y Arizona Baby compartieron, entre otras cosas, la pasión por lo fronterizo. Las dos bandas se seguían la pista, pero fueron los madrileños los que propusieron la idea, tal vez por ser los mayores de la clase y un grupo conocido por su exigencia encima del escenario. Bastantes más conciertos después de que los que pensaron inicialmente, los planes para el futuro inmediato están claros. (Javier Vielba, Arizona Baby) “No sólo pensamos en festivales, ¡también en la dominación mundial! El planeta se convertirá en un gran cine de barrio con pelis de monstruos marinos, mujeres fatales y forajidos de leyenda”. Antes de lanzarse a conquistar el planeta, editan a mediados de Junio un álbum y un DVD en directo con doce versiones, su segunda referencia conjunta. “El DVD y el disco recogen parte de lo que pasó una noche de Noviembre de 2010 en la sala Joy Eslava. Tampoco lo planeamos demasiado: se nos ocurrió que estaría bien grabarlo, lo hicimos y se lo propusimos al sello”. Rock playero, surf con olor a vaca, una trompeta y revisiones musculosas de temas clásicos –sobre todo Wish you were here de Pink Floyd y una polvorienta Too Drunk to Fuck de los Dead Kennedys- son los ingredientes principales de una actuación casi memorable, a medio camino entre los Shadows y Ennio Morricone. “Apenas hubo ensayos para la gira, preparamos el 90% de los temas sobre la marcha y en las pruebas de sonido. Somos vieja escuela hasta para eso. Vimos una dirección clara desde el principio y creo encontramos un sonido común, alejado del mero ejercicio de estilo. Incluso puede que pronto tengamos algún tema original de Dos bandas y un destino”.
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