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miércoles, 14 de noviembre de 2012

Forajidos en el mundo de la música

No saben cuándo, pero Corizonas volverá en algún momento tras la despedida de los escenarios que afrontan estos días, según pronostican los responsables de esta formación efímera, surgida de la fusión de Coronas y Arizona Baby, "unos forajidos en el mundo de la música" empeñados en no subirse a trenes ajenos.
Al margen de los raíles trazados por las grandes discográficas, Javier Vielba y Rubén Marrón, de Arizona Baby, y Fernando Pardo, de Coronas, presumen en una entrevista con Efe de caminar libres con un ritmo propio y de mezclarse en proyectos alternativos cuando y con quien quieren.
"Bob Dylan es siempre el mismo porque no se mezcla con nadie", critican ellos, que defienden la relevancia creativa del reto, de la búsqueda de nuevos horizontes y de plantarse "en otro jardín para crecer".
Pese al éxito de Corizonas, Vielba confiesa que tuvo sus reservas al principio, sobre todo ante el exiguo plazo -dos semanas- que tuvieron para alumbrar las canciones del disco "The News Today", un esfuerzo combinado que ha dado de sí un resultado "distinto" a la mera suma de las partes.
Juntos celebran el encuentro de dos generaciones que coinciden en su amor por el rock and roll y en ocupar "una trinchera extraña" en España a tenor de sus referencias.
Opinan, por ejemplo, que lo de Rosendo es "pop blandengue" y reverencian la "subcultura pop" construida entre los años 40 y los 80, antes de que ese apelativo se limitara al radio de acción de Madonna.
"Trabajar con ellos ha sido para mí como volver a abrir las cortinas y las persianas y que de repente llegara la primavera", explica el veterano Pardo, que compara las sensaciones con una suerte de dopaje ("como meterte un chute de tu propia sangre, pero de cuando tenía 17 años", sugiere).
Para Arizona Baby, la experiencia con Coronas ha funcionado como un "máster", "un campo de prácticas gratuito" donde se han dedicado a hacer lo que más les gusta y que les ha servido para tomarse en serio el oficio.
"Hemos visto que te puedes dedicar a esto y mantener la cordura, haciendo cosas interesantes artísticamente, incluso revolucionarias", apuntan Vielba y Marrón.
Se dicen sorprendidos por la reciente nominación a los últimos premios MTV en la categoría de "mejor artista español" junto a referencias más mayoritarias, un galardón que finalmente fue a parar al dúo de DJ The Zombie Kids.
"Los Zombie Kids son mucho más roqueros que Melendi o que Nena Daconte, que dice que su próximo disco va a ser rock", dicen en defensa de un estilo que, en su opinión, nace de una pose, una actitud y un "rollo kitsch".
"En el caso de Marilyn Manson, es el grito de rabia del inadaptado", añaden. En el de Corizonas, más bien de "la celebración del oficio".
Todo eso es rock, afirman, e igual deriva de un libro, de un cómic o de un actor. "Robert De Niro es rock, por ejemplo", apuntan, "y Neil Young también", añaden.
Arizona Baby promociona estos días su reciente EP "The truth, the whole truth and nothing but the truth" (Subterfuge Records) y Los Coronas tienen ya la vista puesta en el lanzamiento de su nuevo álbum, grabado en Tucson (EEUU) y previsto para primeros de febrero.
Antes de la desbandada, abordarán hasta finales de año sus últimas fechas en vivo como Corizonas. Hoy mismo estarán en Guadalajara (sala Óxido) y, dentro del Heineken Music Selector, actuarán este jueves en el Teatro Circo Price de Madrid y el 8 de diciembre en la sala Fever de Bilbao.


(EFE, www.abc.es)

lunes, 7 de febrero de 2011

La arena del desierto y el agua del mar


Pasadas las 22.00 horas, un sonido nos hace dejar la conversación para percibir que las imágenes que comienzan a proyectarse sobre la pantalla del fondo de la sala anticipan la introducción con la que da inicio la actuación entre Arizona Baby y Los Coronas. Mientras el mensaje del vídeo de presentación de Dos Bandas y Un Destino llega a su conclusión, Javi Arizona comparece sobre el escenario desenfundando su guitarra y arrancando con los compases de “Buenas Tardes Amigo” de Ween.

A su espalda, se suceden las imágenes de westerns antiguos mientras la canción progresa y los forajidos de Arizona Baby & Los Coronas ocupan el escenario. La Sala Óxido se convierte en el OK Corral alcarreño, donde un trío convenientemente ‘arizoneado’ de amish electroacústicos, ataviados con su sobriedad característica únicamente quebrada por ‘ostentosos’ sombreros de copa; mide fuerzas con un quinteto de jinetes de las olas, de camisa rojo diablo y sombrero de cowboy.

Dos cuadrillas enfrentadas y capitaneadas por dos de los forajidos más lenguaraces y locuaces de este lado del Atlántico: Javi Arizona y Fernando Pardo. Aunque, por su condición de vocalista, el reverendo vallisoletano se encarga de ejercer de maestro de ceremonias, intentando involucrar a la audiencia.Sin embargo, más que un duelo de pistoleros, la gira Dos Bandas y Un Destino lo que ofrece es una relación pacífica y simbiótica entre dos elementos aparentemente enfrentados: la arena del desierto y el agua del mar. Una simbiosis que empieza a gestarse con la apertura con “Buenas Tardes Amigo”, donde a modo de calentamiento, los ocho músicos se ajustan y fusionan para enlazar con la adaptación de “Everybody Knows This Is Nowhere” de Neil Young. A cuya conclusión, Los Coronas dejan solos a los hermanos Arizona para que encaren su repertorio habitual.

Tres licenciosos creyentes de la religión del rockandroll, barbudos bebedores de cerveza, que transmiten la fuerza de sus composiciones acústicas apoyados visualmente por imágenes de duelos al sol, peleas de salón y bailarines del midwest. A lo largo de la actuación, la selección de las imágenes y su coordinación con lo que sucede en el escenario es digna de mención.
Con Rubén y Hermo sentados respectivamente al mando de un Winchester 73 en forma de guitarra y una batería básica, ejecutan los ritmos ‘arizoneados’ de “The Truth”, “Ouch”, “Dirge”, “Muddy River” y “X’ed Out”, mientras ceden el protagonismo escénico a Javi, que invita, que provoca, que recorre el escenario de un lado a otro, que complementa la música con su voz y al que sólo le falta decir “sólo me lo arrancarán de mis manos muerto” cuando eleva su guitarra.
Tras la nube de polvo del desierto de Arizona Baby se vuelve a divisar las figuras de los cuatreros de olas. Es el turno de “Runnaway”, incluida en su EP conjunto, donde empieza a verse cierta complicidad con el público, que tímidamente hace los coros del tema de Del Shannon. Un EP y una gira conjunta que surge del siguiente paso en el repertorio: “Shakin’ All Over”, la primera canción que interpretaron de manera conjunta y espontánea sobre un escenario.
Arizona Baby cede el testigo a Los Coronas que con “Jinetes Radioactivos” comienza su sesión instrumental que vuelve a repasar ese repertorio sólido, sin fisuras, que se mete al público en el bolsillo con aparente facilidad. Suenan “Youza”, “Supertubos”, “Polk Salad Annie”, … La adaptación de “Flamenco”, de Los Brincos; es especialmente jaleada por la audiencia al igual que reconoce el trabajo del trompetista, que le confiere a su música un aire fronterizo muy adecuado para esta velada.

Una versión acelerada y cantada por Loza, el batería, de “Pushin’ Too Hard” de The Seeds da paso al regreso del trío barbudo para que el grupo salvaje encare “Mr. Soul”, de Buffalo Springfield, cuyo riff principal acercan al “Satisfaction” de Rolling Stones. “Supernaut”, de Black Sabbath, eleva las pulsaciones que son rebajadas por esa trágica balada del engañado titulada “La cárcel de Sing Sing”. Con “Wish You Were Here”, de Pink Floyd, llega el momento álgido que da paso a una interrupción, la primera en casi horas.

La banda reaparece en escena para ‘arizonear’ “Secret Agent Man” y posteriormente, ‘coronear’ esa “mala pécora” llamada “Shiralee”, entre la que intercalan “Surrender” de Elvis. Con el alcohol insuflando ánimo del respetable llega “Too Drunk to Fuck” y otro ‘clashico’ del punk, aunque original de Bobby Fuller, “I Fouth the Law”, para cerrar su actuación entre una fuerte y larga ovación.


(Carlos A.S., www.todomusicarock.org)