miércoles, 2 de marzo de 2011

Rock acústico semidesenchufado

Por fin, sin “movida” -hartos de tanto recuerdo ochentero en todos los medios-, aterrizaron en el Atómiko café de Ávila Arizona Baby, los forajidos de pucela, con sus pelos y sus barbas y con su rock acústico semidesenchufado, esta vez solos, sin Los Coronas, con sus dos guitarras y su mínima percusión.

Así se presentaron y así nos hicieron vibran en un concierto potente en el que tocaron los temas de su disco Second To None con el que llevan casi dos años rodando de concierto en concierto y con el que se han recorrido unos cuantos kilmetros por toda la geografía nacional. Con buena cuenta de ello nos hicieron disfrutar con temas como The Truth, Ouch! o A tale Of The West, seguidos como si se tratara de un bar de carretera en la mismísima Ruta 66 después de haber tragado kilómetros de aire seco y polvoriento.

También cayó algún tema de esa magnífica gira que se están marcando con Los Coronas en Dos Bandas y un Destino Tour, como la versión del clásico del Pink Floyd Wish You Were Here.

Algo más de una hora nos tuvieron enganchados a su forma de hacer directos y a su forma de entender el rock, gracias Arizona por sacarnos del aburrido panorama musical al que nos tienen acostumbrados tantas emisoras nacionales.

Terminaron con un gran Shiralee coreado por toda la sala, “es la que cuenta, esta es la buena“, que puso la guinda al pastel ofrecido por “el señor Marrón” & Cia.

(music-jungle.com)

Dos Bandas Y Un Destino en Oviedo

Uno. La sala abarrotada -me tuve que cambiar de sitio durante el concierto por el agobio- de gente que venía a disfrutar del combo de Los Coronas y Arizona Baby. Caigo en la cuenta que la primera vez que vi a Los Coronas fue en el desaparecido Supersónico de Mieres que al parecer no iba a resultar nunca rentable. Tienen buen ojo en el ayuntamiento.

Dos. El show en general muy bien pero me quedo con The Truth de las que cantaron los Arizona Baby, la versión de Flamenco de las de Los Coronas y de las conjuntas, la enorme versión de Neil Young -hecha como quién no quiere la cosa- con la que más o menos abrieron el sarao.

Tres. Mira que es sencilla la puesta en escena pero no puede estar mejor llevada a cabo: lo primero que hay que saludar, comentar algo las canciones y sobre todo presentarse (parece una chorrada pero ya sabemos cómo son estas cosas), lo segundo que la vestimenta identifica a los componentes de cada grupo (por si hay algún despistado) y lo tercero qué buenas son las proyecciones que hacen. Lo que me lleva a que América es muchas cosas y que nos las están mostrando todas, desde Charles Manson (con Rojo y Azul) hasta Russ Meyer pasando por esos cowboys que galopan por el atómico desierto de Nevada.

Cuatro. Visto lo visto, lo único que me decepcionó finalmente es que habiendo sangre turonesa en el escenario -como se comentó en algún momento- no se soltase alguna de eses vaques tores de Turón para animar todavía más si cabe al personal. Me imagino que algo tendrán que dejar para la próxima vez.

sábado, 26 de febrero de 2011

El nueco rock country viene de Pucela

Confieso que hace tres semanas no tenía ni pajolera idea de quiénes eran Arizona Baby. Por suerte, un amigo (concretamente, el novio de Arse xD) me pasó un videoclip de una de sus canciones y me comentó que tocaban en el CICCA, por si quería ir al concierto con él. Me moló tanto el vídeo en cuestión que acepté.

Fue la otra noche, en Las Palmas de Gran Canaria. Solo puedo decir que hacía mucho tiempo que no me lo pasaba tan bien en un espectáculo musical. Arizona Baby son un trío que toca rock acústico de estilo country. Únicamente son dos guitarras (una de ellas de acompañamiento) y percusión básica. El guitarra de compañamiento es a su vez es el cantante y el batería hace los coros. No necesitan nada más. Alucinante, en serio, cómo llenan el escenario estos tres chicos de, atención, Valladolid. Sep. Más papistas que el papa. Han sido teloneros de Mark Knopfler, el ex de los Dire Straits. Por algo será...

Cantan en inglés y su música tiene un ritmo y una armonía increíbles. Te transmiten buen rollo de forma instantánea. El guitarrista, Rubén Marrón (el señor Brown, como le llamó Javier Vielba, cantante) toca las cuerdas de la acústica como no se lo he visto/oído hacer a nadie. El batería, Hermo, nos deleitó con una sesión de máquina de lavar (ese instrumento compuesto de placas de metal que se toca poniéndose una especie de dedales en las puntas de los dedos) y la voz de Vielba suena muy yanki sin ser yanki.

La verdad es que recomiendo encarecidamente ir a verlos en directo. Para que se hagan una idea de lo mucho que me gustaron, me compré el CD a la salida. Como los tres salieron a firmar autógrafos, me lo llevé dedicado, al igual que la entrada. Mi compañero de concierto (seeeh, tras diez años yendo sola a casi todos los conciertos, encuentro a alguien de gustos afines T.T) se llevó el vinilo.

Sorprendente, refrescante y esperanzador que en España haya gente así, que se arriesgue y haga cosas fuera de lo común. Hoy estoy medio afónica (salimos todos después por ahí) y tengo sueño (mi sobri nos despertó felicitando efusivamente a su abuelo por su cumpleaños, a las siete de la mañana, así que he dormido cuatro horas), pero que me quiten lo bailado.




(Nisa Arce, nisarce.blogspot.com)

jueves, 24 de febrero de 2011

"Collage" tosco de ritmos salvajes

Tras lograr tres premios nacionales, compartir escenario con monstruos como Mark Knopfler y Chris Isaac y colgar el cartel de no hay entradas en importantes plazas españolas, el trío Arizona Baby llegó a la isla para ofrecer al público un exitoso brebaje sonoro que tiene sus fuentes en distintos estilos de ritmo salvaje.


El viernes 18 de febrero, a las 20.30 horas, el público grancanario pudo descubrir la fórmula con la que esta banda ha seducido a la crítica y el público españoles. Arizona Baby subió al escenario del Cicca para presentar su álbum Second to none. En acústico, con guitarras y percusión, volvieron a demostrar que tres son multitud. «Lo conseguimos echándole ganas, ensayando mucho y escuchando mucha música, formando una química entre los músicos que se transmite», indica Javier Vielba. El cantante anuncia que, en la cita de mañana, irán al grano e intentarán insuflar mucha energía al público.

«Tenemos unas claves claras en nuestro código genético. Crecimos con la música alternativa de los 80 y lo 90, con el grunge, el sonido Seattle y ciertas bandas inglesas y americanas», comenta Vielba, que confiesa el impacto que le produjeron los proyectos acústicos de Johnny Cash y Nirvana. A esas influencias hay que sumar muchas otras, sobre todo de bandas que cosecharon su rock, su country y su blues entre los años 1965 y 1972. «Siempre vamos a tender a ser una mezcla de muchas cosas. No somos un grupo de fusión. Más bien hacemos un collage tosco de tijera, pegamento y fotocopias. Cogemos cosas muy puras y las juntamos para que no resulte demasiado viciado, con un puntito clásico y transgresor, entre lo refinado y lo visceral, entre el pincel y la brocha gorda», explica Vielba cuya música coquetea con el folck, el hard rock, el punk, el blues, el country y la psicodelia. «Estamos muy contentos con nuestro sonido y seguimos ahondando en él», reconoce el vocalista que espera seguir en la carretera por mucho tiempo. «Queremos hacer música lo mejor posible y compartirla. Damos conciertos por el placer de hacerlo, como el que tocaba en los honky tonks, que iba con la guitarra en la parte trasera del coche para ir de sitio en sitio».

ESTRELLAS ARTESANAS Según Vielba, las bandas de éxito ya no gozan de lujos como las de los años 70. «Lo que toca es estar todo el día en la carrera, con los pies en el escenario y en la tierra. Ahora nadie se forra y se trabaja muy duro». El artista dice esta circunstancia propiciará que muchos «pintamonas» abandonen la música.

(Carmen Delia Aranda, www.canarias7.es)