Lo que era un secreto a voces se me acabó confirmando como toda una realidad en una abarrotada y expectante sala Sidecar de Barcelona. Arizona Baby se desenvuelven muy bien en directo y sus dos trabajos de estudio no hacen justicia del todo a la energía que son capaces de generar con tan sólo dos guitarras acústicas y una mínima percusión. De hecho Javi Arizona, su cantante y guitarra rítmica, lo resumió a la perfección cuando, ya en el tramo final del bolo, comentó: "Se me ha roto una cuerda de la guitarra, eso es señal de que estamos dando un buen concierto..." Cierto. Y el secreto es tan obvio que ya no debe ser considerado como tal. Una voz potente y algo cazallosa que se sustenta en una guitarra rítmica la cual recibe el apoyo de otra guitarra solista que elabora unos clásicos aunque filigranescos punteos, más una percusión rellenando los espacios con un ritmo trotón y acelerado. Una combinación que se centra en sonar robusta, en ocasiones incluso algo sucia, dejando claro que lo suyo es más una cuestión de fuerza bruta, de desprender y trasmitir energía al público que de andarse con tibieces o delicadezas técnicas. Además si a esa interpretación poderosa le añades un buen puñado de canciones con gancho como: "Runaway", "Getaway" o "Ouch!" ya tiene a todo el mundo comiendo de la palma de tu mano. La única mácula fue esa desafinada versión de los Jayhawks que nos quisieron regalar durante los bises en colaboración con sus teloneros (dos miembros de los The Midnight Travellers), aunque por fortuna lo rectificaron cerrando con su tema más esperado y coreado. Ese "Shiralee" que lleva camino de convertirse en la canción que los de a conocer a un público más amplio y que de paso sirvió para devolvernos la sonrisa que su directo merece.
(Don Disturbios, Mondosonoro.com)