Que no se tome esto como una frase hecha. La música de Arizona Baby nace desde algo mínimo —dos guitarras acústicas, una voz y un exiguo set percusión— se convierte tocada en algo mucho mayor y se engrandece definitivamente en vivo con el calor del público, que convierte sus actuaciones en una fiesta. La del jueves en A Coruña lo fue: una hora y pico de rock acústico, creado en ese punto en el que el blues y el country se funden y se convierten en rock.
Tocaba presentar Second To None, el álbum que los ha puesto en el candelero, y lo hicieron con una prestancia total. Revitalizando el drama pantanoso de Ouch!, el folk-rock acelerado de The Truth o la mezcolanza fronteriza de A Tale of the West, todo ganó gracias a un directo enérgico y entregado que arrulló a toda la sala. Como era de esperar, el momento cumbre llegó con Shiralee y su endiablada rítmica con sabor a tren de vapor. Pero la cosa no se iba a quedar ahí, y en el bis una simpática versión del I Want To Break Free de Queen en plan skiffle (“!Nos gusta Queen y nos gusta el skiflle! ¿Qué pasa?”, gritó el vocalista Javier Vielba al término) puso la guinda a una noche perfecta.
(Javier Becerra, lavozdegalicia.es)