jueves, 12 de noviembre de 2009

Despedazando "Second To None"

El pasado 26 de octubre se publicó el segundo disco de Arizona Baby Second to None. Este disco se puede escuchar completo desde hace semanas en el MySpace de estos vaqueros vallisoletanos.En Mordor Sonoro ya dedicamos a Arizona un unplugged en el barrio y una entrevista, además de unos cuantos artículos y llevamos acumulando expectación por este disco durante algunos meses, así que nos hemos tirado en plancha a por su escucha.

Además, siendo uno de los grupos que más nos han molado a toda la parroquia de Mordor en los últimos meses queremos lanzar un homenaje a Arizona Baby despedazando cada una de las canciones de este disco, comentándola desde la perspectiva personal de los Mordor's. Ahí va...


1. Shiralee (by Makea)

Hace poco más de 2 semanas que llegó la bebé a casa y ya el primer día nos escuchamos juntos el primer disco de Arizona Baby entero. Ya la dije yo: «Este grupo ya habla de ti en el nombre, porque son los Arizona, beibi».

A los pocos días me enteré de que salía el segundo disco. Por fin. Y tirando de MySpace el primer tema que escuché también fue el que abre el disco: «Shiralee». Un trallazo pegadizo con una voz desgarradora y que según me he enterado después tiene nombre de película. Poco he tardado en acuñar una traducción libre para esta canción que utilizamos a la hora de cambiar pañales: «Chirla ahíiiii».

2. The Truth (by Lady Perrunilla)

58 segundos de frenéticas guitarras y ukeleles te trasportan a un polvoriento y sucio pueblo del viejo oeste. Así comienza «The Truth», pero como siempre tras la tempestad llega la calma. Escucho el tema unas cuantas veces, y me imagino la escena: tipos duros contra tipos más duros todavía, un pulso entre los buenos y los malos (los malos son los buenos y los buenos los malos, como siempre). Si me pillan y me preguntan no diré nada. Si ellos te recomiendan que es mejor decir la verdad, será mejor decirla, pero yo no lo haré; aunque me torturen yo no diré nada. Es la historia de siempre en el viejo oeste, asalto a trenes, a diligencias, secuestro de chicas jóvenes y guapas, carteles de Wanted, dead or alive que llenan las paredes de los pueblos con las caras de los ladrones más buscados, que no dirán nada, que nunca dirán nada si les atrapan. Este tema bien puede ser una canción para Jesse James o Billy the Kid, los más buscados y los más temidos del viejo oeste.

Bienvenidos al Oeste amigos, desenfundad las pistolas y montad vuestros caballos, proteged a vuestras mujeres e hijas y cuidado, que llegan los Arizona.


3. Ouch (by Javi Kaos)

«Ouch», un golpe en la cabeza, un entramado de sonidos entre percusivos y cuerdas vibrando. Al principio suenan amenazadores hasta que la melodía te inunda y no puedes hacer más que irte con ella. Es en este punto cuando te empiezas a sentir como en el desierto, en el verdadero oeste, aunque estés pisando Valladolid, pero se nota la calidez del aire y el sol en tus oídos. Las guitarras son como la arena, tan resecas como cómodas, las voces como cactus, punzantes y a la vez bellas y la percusión como el sol, implacable, llenándolo todo.

4. Runaway (by Barber)

Es quizás la canción del disco que más me recuerda a Johnny Cash y me resulta inevitable que la palabra duelo me venga contínuamente a la cabeza, uno de esos que no resolverás en la puta vida.

5. A Tale of the West (by Barmatal)

Llegamos al ecuador del disco con uno de los temas más explosivos, en el que Arizona nos cuenta un cuento del Oeste con su clásica imaginería de Saloon, oscuros forajidos y duelos a muerte. Musicalmente es un tema controvertido (¿«Hotel California»? ¿Flamenco? ¿Reggaetón?) que no dejará indiferente a nadie y que quedaría perfecto en una banda sonora de Tarantino. Aviso: te mantendrá tarareándolo durante días.



«A Tale of the West» - Sonoroma '09

Vídeo JaviKaos - Mordor Sonoro

6. Ballad of A (by Lanus)

Una canción envolvente, que te transporta con facilidad a la psicodelia setentera, con toques folk, que podía apreciarse en grupos como Jefferson Airplane o Country Joe and The Fish. Una letra para reflexionar, una gran variedad de registros vocales, y unas guitarras y percusión hipnóticas, hacen que una simple balada, se convierta en pura filosofía. Para quedarse en la parra un rato, vaya

7. Getaway (by Tinín)

En «Getaway» nos alejamos de los planos paisajes del desierto arizónico y nos aproximamos a las costas californianas; no porque la austeridad musical de los pucelanos se vea edulcorada, sino porque la alegría que transmite el cariñoso riff de guitarra acústica encaja más con esa zona del universo musical americano. Porque la excepción confirma la regla, una de las joyas del segundo gran álbum de Arizona Baby.

8. Dirge (by Dr. Jarri)

Como indica el Merriam-Webster dictionary“Dirge”: 1 : a song or hymn of grief or lamentation; especially : one intended to accompany funeral or memorial rites; 2 : a slow, solemn, and mournful piece of music— el tema despierta cierta melancolía fúnebre. Un medio tiempo marcado por la guitarra y caja y esos coros que tan bien cultivan estos chicos. Un par de punteos de vocación profundamente roquera adornan un tema que se torna pegadizo con las escuchas. Sin caer en el estrofa-puente–estribillo común, mantienen una estructura tradicional en la construcción del tema pero dándole sucesivas vueltas de tuerca. Tanto a la melodía como a la letra. «People in their thirties...» con sueños oscuros que contar.


9. Muddy River (by Joven Frodo)

Como un dulce relleno de arsénico, «Muddy River» esconde una desagradable sorpresa detrás de su melodía pegadiza y vibrante que, alegre, invita al baile. La canción es un country garagero en el que el histerismo en la voz de Javi y los ah-ah-ah del estribillo muestran uno más de los (muchos) registros en los que El Meister se puede mover al cantar. Con Jack White en la mente, «Muddy River» se me antoja como una hija bastarda parida por unos (supuestos) White Stripes acústicos y adoptada, educada y moldeada por los Mojomatics más ácidos.

La trampa está en que esa melodía tan enérgica y pizpireta, arropada por unas percusiones trotonas, esconde una historia siniestra, perversa y desoladora. Amor, desamor, violencia y venganza. Un río y un cadáver que descansa en el lodo que cubre la ribera. Escupida, más que cantada, la canción te golpea como un tiro.

Jello Biafra dijo que los músicos de country sólo sabían cantar sobre lo mucho que sufrían cuando se emborrachaban y pegaban a sus mujeres. Amigo Biafra, no sólo el country ha utilizado el recurso narrativo del maltrato conyugal y la venganza. «Hey Joe» o «Where Did You Sleep Last Night» son dos excelentes ejemplos que me vienen a bote pronto. Y es que la música popular puede actuar como un bálsamo cicatrizante o ahondar en la herida con la cortante precisión de un bisturí, arrojándonos a la cara el cruel reflejo de las miserias cotidianas. Lo más grande es que Arizona Baby me han hecho reflexionar sobre ello con una historia contada sin rastro de melodramatismo ni moralina, que ya somos mayorcitos para sacar nosotros nuestras propias conclusiones.

Escuchar «Muddy River» es tan excitante y aprensivo como leer Como un guante de seda forjado en hierro. «Unos dibujos tan sencillos no pueden esconder nada malo», piensas. Y es entones, cuando te confías, que el lobo se despoja de su piel de cordero y te muerde la yugular. Y en vez de apartarlo y escapar, lo abrazas y retienes contra ti con una extraña fascinación.

10. X'd out (by Alk)

Esta es una de las canciones que más caña tienen en el directo. Ese tipo de caña que hace que todos los congregados terminen pateando el suelo, saltando y bailando a la vez al más puro estilo cowboy. Sería perfecta para una road movie y desde luego no me va a faltar en los viajes que pueda hacer a partir de ahora.

La primera vez que tengo un recuerdo claro de esta canción, de esas veces que te hace un «click» la cabeza y sabes que los siguientes conciertos los pasarás pensando «que la toquen, que la toquen, por favor, que la toquen», fue en el Sonorama de este año. No sé si fue por el madrugón que nos dimos para llegar por la mañana a la plaza de Aranda de Duero, por la insolación que nos íbamos pillando según iba subiendo el sol, las cañas a deshoras o la deshidratación, pero el caso es que fue muy brutal.

Empezaron el concierto, cañeritos ellos, con mucha energía (¡si hasta Rubén Arizona se desmelenó completamente!), y no solo no bajaron el ritmo sino que lo subieron y en un momento dado, justamente con esta canción, miré hacia la gente y ¡nos habíamos vuelto todos locos! Por cierto, una verdadera lástima que no les programasen junto con Los Coronas el día anterior, habría sido el mejor concierto del festival.

A mí el tema me enganchó por la música en sí, como me pasa casi siempre incluso con mis bandas favoritas. Presto atención a las letras porque quiero saber lo que dicen, claro, pero si no me engancha la melodía, la voz, etc., ya me pueden estar revelando el secreto de la felicidad, que no hay nada que hacer. En este caso es la combinación de guitarras y ritmos, que no sabes si es la percusión la que dirige, o son los acordes de la guitarra; y cuando entra la voz de Javi Arizona se cierra el círculo. Termina la canción y no has parado de marcar el ritmo en el suelo con el pie y de dejarte las cervicales seriamente dañadas, y aun así se hace corto.


10+1. Después de escuchar el tema extra del Second to None, me di cuenta de que me recuerda mucho a los Blind Melon de Shannon Hoon, lo que a su vez me trajo a la memoria las primeras googleadas sobre Arizona Baby que me marqué tras verles por primera vez buscando algo de información sobre estos tres personajes que me resultaba imposible que hubiesen pasado desapercibidos hasta ahora. Bueno pues uno de los comentarios que se hacía en los foros fue «Arizona Baby, teloneros de Blind Melon ya!» o algo así; bueno el caso es que se me quedó grabada, ya que justo el año pasado vinieron Blind Melon al Azkena, y atando cabos y gracias a SanYoutube de mi corazón, descubrí una de las versiones más bonitas del «Life Ain't So Shitty» que he escuchado.

Texto: Mordor Sonoro Crew
Fotografías y montaje: Alk
Vídeo: JaviKaos

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