¿¿¿Y cómo surge Arizona Baby???

Ahora que Arizona Baby ha publicado su segundo disco muchos se preguntan de dónde salen estos tres fenómenos y cómo nadie los conocía. Suplimos estas carencias alargando el currículo para conocer las raíces del grupo vallisoletano.


Hace 20 años

Javier Vielba, un joven de Valladolid escucha por primera vez el disco de Appetite for Destruction, de Guns N´Roses. Los riffs stonianos y las melodías bluseras de Izzy Stradlin y Slash, la contundencia de Steven Adler, la voz y las pintas de Axl Rose, la actitud casi grunge en el escenario. Todo. El grupo impacta en Javier tanto como para decidirle a aprender a tocar la guitarra y formar su propio grupo en el futuro. Junto a los Guns Javier va escuchando a los grupos del momento como Screaming Trees, Alice in Chains, Tool o Queens of the Stone Age. Pero a la vez surge en él la necesidad de llegar hasta las raices, la necesidad de conocer las reglas de la música antes de poder romperlas como se hacía con el grunge. Y por eso empieza a escuchar a David Bowie, T.Rex y los grupos del glam o la psicodelia de los sesenta hasta llegar a los Doors de Jim Morrison. Hay que conocer las reglas antes de romperlas.


Hace 10 años

El grupo vallisoletano Nägana acaba de sacar su primera maqueta. Publicado en el sello punk rock de Salamanca Melancronica y grabada en los estudios Takam, incluye temas como Dry o Slaves. Rock&Roll con mucho de grunge y algunos toques psicodélicos. El grupo cuenta con Pablo Rey como cantante y guitarrista, Ricardo Paunero al bajo, Marcos Úbeda a la batería y un guitarrista melenudo llamado Javier Vielba. Había pasado el tiempo y el entonces estudiar filología inglesa pasa a formar un grupo. La semilla de Arizona, Marcos y Javier, están juntos desde hace más de 10 años. La escena musical de Valladolid, aunque pequeña, no escapa de la habitual endogamia, doblando bandas muchos de sus miembros. Vielba en Tico Feo y Pablo con Denieble. La experiencia Nägana acaba en 2001. Pablo, Marcos y Javi deciden formar Valdemar, cantando las voces a tres bandas, siendo Vielba el cantante habitual. Ha llegado la hora de tomárselo en serio y trabajar para ser profesionales.


Grabación de una maqueta, tocar en todos los garitos posibles, participar en concursos, el camino normal de cualquier grupo. Los Valdemar graban el EP homónimo en los Estudios Brazil de Madrid a primeros de octubre de 2002 asistidos por Francisco Ortiz y producido por ellos mismos. En el EP aparecían las canciones más conocidas del grupo, como arizona7 Sex in Wonderland o The First Girl on the Moon o My Bloody Love. Del hard rock setentero a lo UFO o Thin Lizzy dan paso a canciones más densas de atmósferas psicodélicas. El grupo tiene su sede entre los bares La Piedra y la Marmita, donde curran Pablo y Javier y entre los que iba basculando Marcos (¿qué es mejor que tener un amigo que curra en un bar?, dos, vaya envidia). Valdemar gana el concurso Norterock 2003 y toca en todos los garitos de Valladolid y la provincia. ¿El problema?. Que apenas hay garitos y público para alimentarlos. Mientras en Madrid puedes tocar varias veces al mes actuando cada día en distinto local y ante público distinto, en Valladolid el circuito de la sala Escena, el pub del Tío Molonio o el Malbicho no puede repetirse en exceso, a lo que se une el público vallisoletano, que protesta para que se acabe el concierto, no para que se toquen bises. Trasládate entonces a otra ciudad, con amplis y batería incluida para que luego los promotores no te dejen tocar porque a ellos lo que les interesa son grupos de su misma ciudad, que son los que llenan. La gente acude a los conciertos a ver a un grupo concreto, no al local a ver música en directo. El concepto de ir a tomar una copa mientras se escucha un grupo al estilo de lo que se hace en Europa y aquí podemos ver en los bares de güiris o los irlandeses como La Fontana de Oro o la cadena Irish Rover es de difícil implantación en España. Pregúntale al dueño de un bar qué prefiere, una buena banda o un grupo de universitarios que viven en un colegio mayor. Hay que llenar aforos porque sino no se cobra. Y Valdemar no consigue salir fuera de la zona de Valladolid. A eso se une la marcha de Marcos, sustituido por Carlos Redondo. Hay que darle un nuevo impulso al grupo. Nace Miss Borneo.

Misma gente, repertorio heredado de Valdemar, pero distinto nombre. Un intento para, heredando el público de Valdemar, buscar nuevas metas. Los que ya conocían al grupo les iban a seguir siguiendo, pero tal vez el nuevo nombre atrajera a más público. Valdemar remitía a Edgar Alan Poe, a clasicismo, a romanticismo. En los conciertos se hace la juerga con una canción dedicada a Mi bigote, rareza total al estar cantada en castellano.Vielba y Paunero son claramente rock y puede que el público profano tuviera una idea más clara de que eran un grupo rock con el nombre de Miss Borneo. Además, hay un cambio de imagen, buscando estilos nuevos que les llevan a vestirse de cosacos rusos en un concierto para las fiestas de IU en Valladolid. La imagen sigue siendo cambiar de imagen en cada concierto. Los Borneo heredan problemas, Valladolid sigue siendo igual de pequeña y la infraestructura para viajar afuera igual de complicada. Si no tienes asegurado un fijo, jugártela ante unos desconocidos significa en muchos casos palmarla, con todo el esfuerzo para transportar el material. Y aunque te apoyen los medios de la ciudad es difícil que estos lleguen a otras zonas. Y otra banda se va formando en paralelo.

Javier seguía saliendo con su amigo Marcos, al que se les junta Rubén, ex guitarrista de Neon Lights y uno de los mejores 6 cuerdas del país. Al reunirse con sus amigos en un parque o en las casas es habitual sacar las españolas y la acústica, algún djembe y a tocar. Entre amigos, solo para disfrutar. La música que tocan va virando hacia el country y el folk acústico, pero sin olvidar inluencias como T-Rex. Los tres se dan cuenta de lo fácil que es preparar un acústico, más facilidad para ensayar(para los que tienen la suerte de tener bajeras o vivir en chalets con garaje, en las grandes ciudades donde la mayoría de la gente vive en pisos, tratar de ensayar con amplis eléctrico y batería completa causa mayor estrago entre los vecinos que ser un criminal, por lo que hay que tener un local sí o sí). Además, las dos guitarras y el set rítmico reducido que toca Marcos es mucho más fácil de transportar. Juntos están muy a gusto, la música suena genial, como a country salvaje, como Jimi Hendrix rompiendo los moldes del blues, Javier, Marcos y Rubén expanden los límites del country. Unos The New Ryders of the Purple Sage modernos. Así que deciden montar una banda, con Javier aún en Miss Borneo, una excusa para poder volver a tocar en los locales de Valladolid sin quemar a la gente, incluso abriéndose la posibilidad de tocar en sitios más pequeños.

El nombre elegido es Arizona Baby, que nada más ver el cartel podamos asociarlo a la música que hacen. Los nuevos temas surgen rápido, el country es un medio mucho más sencillo para expresar emociones que el hard rock, líricamente es más abierto y les permite plasmar el momento que pasaban o alejar sus fantasmas y dudas. Pronto componen canciones como Where do I Go o Song to sing Along, que gravitan acerca de lo que sienten artista y público en un concierto y habla del camino a seguir. Examinar lo que está mal Something Wrong, las relaciones de pareja, con desamor y reconciliación incluida, Survive, Need another way. Javier ha empezado carrera como cantautor, con el nombre de Miester pero esas canciones se ajustan al formato acústico de Arizona Baby. Miss Borneo se despide con un hasta luego y Ricardo y Carlos se marchan definitivamente a Denieble. Arizona empieza a cultivar una imagen entre lo hippie y lo country, un dejarse llevar y crecer barbas (aunque en estos primeros momentos sean los bigotes y las patillas). Y ocurre el milagro, en los estudios Boulevard de Valladolid con Raúl Arroyo de ingeniero graban en septiembre de 2004 un disco entero, Song to Sing Along. No un EP ni una maqueta, un disco. Que no reseña casi nadie y nadie fuera de Valladolid. Pero que contiene toda la fuerza y la esencia de los actuales Arizona. Y es que convencer a alguien de que escuche a Arizona es fácil, con verles en directo u oír sus canciones quedaras enganchado. Pero Songs to Sign along nace por su facilidad, querían solo tener grabado lo que eran capaces de hacer en concierto, que suenen guitarras y voces, el disco sale solo, casi sin esperarlo. Vielba compagina Miss Borneo con Arizona hasta que el grupo se ralentiza cuando Javier va a vivir a Londres.

Aunque sin duda el tiempo en Londres le sirve a Javier para evolucionar y crecer en lo personal y lo profesional (llega a tocar con el grupo The Rebeca´s y en muchas sesiones de micro abierto en los clubs de Londres además de aprender del resto de músicos) pero el grupo sufre un parón. Sigo convencido de que si los Arizona hubieran podido hacer llegar su disco en el 2005 llevaríamos 4 años largos de fenómeno Arizona, pero con Javier en Londres el grupo sólo existía las semanas que los tres coincidían en Valladolid. Precisamente debido al escaso tiempo es más fácil ensayar con Arizona que con Miss Borneo cuando Vielba regresa a Pucela. Seguir tocando en España sigue siendo complicado así que se lanzan instrumentos en ristre a recorrer Europa en furgoneta hasta llegar a Grecia para actuar en el Pelekas Street Beat Festival. A dejar que crezcan las barbas y las botas se llenen del polvo del camino hasta que su música y su imagen se hagan uno. Que nada más verte sepan de qué va tu grupo. Que alguien que escuche Arizona Baby crea que se trata de un grupo de rock de la frontera, de rock del desierto y que al llegar vea a unos tíos que parezcan realmente salidos de una prisión situada en el desierto que tocan los instrumentos con las mismas ansias que a una mujer tras años de abstinencia carcelaria. La travesía es un camino largo, tocar country no es ponerse un sombrero.

Pero del 2005 a su segundo disco y su gira del 2009 queda un trecho. ¿Y quién puede contarnos mejor el resto de su historia? Los mismos Arizona, a los que pronto traeremos de entrevista a RockStyle.
(Antonio Gutierrez, rockstyle.es)