miércoles, 16 de marzo de 2011

Resultado único e irrepetible

La verdad que la asociación creada entre Los Coronas y Arizona Baby es algo que no debiera sorprender a nadie. Su aroma fronterizo, su espíritu indómito y su hambre por tocar en vivo, emparentan a estas dos bandas de por sí. Su combinación, aúna la riqueza instrumental y oficio de Los Coronas con el esqueleto acústico de raíz norteamericana abanderado por Arizona Baby.

La principal sensación que aporta esta comunión es disfrutar de todo el combo junto encima de un escenario, cosa que está ocurriendo en su exitosa gira que, lejos de emparentar puntualmente a los miembros de esta, mezcla y permuta sus inquietudes y sonido con un resultado único e irrepetible; Dos bandas y un destino, es la denominación que patenta esta propuesta y el EP del mismo título que nos ocupa es una mini colección de cuatro versiones que permite adivinar por donde van los tiros.

Su valor, inicialmente testimonial y fundamentado en promocionar dicha gira, consigue alcanzar empaque en el terminado de unas adaptaciones exquisitas, en un escalado fantástico de riesgo que va de menos a más en las elecciones.

“Wish you were here” de Pink Floyd, abre el disco resultando abúlica: la forma de cantar y la estructura remite a cualquier banda de medio pelo de la América profunda revisando un tema sobadísimo. Mucho mejor resultado encontramos con “Too drunk to funk” donde la impronta surfer y las trompetas reinventan el desquiciado punk original de Dead Kennedys.

La elegancia coqueta destilada por el “Runaway” de Del Shannon se embadurna del aroma tarantinesco que destilaba El baile final de los locos y los cuerdos (09) de Los Coronas y, por otro lado, Javier Vielba consigue llevarse vocalmente el tema a su terreno pese a su dificultad. Pero la guinda reside en rescatar al bolerista Alci Acosta con “La cárcel de Sing Sing”, exótico broche que muestra a las claras la variedad y gusto de estos bandoleros.


(Raúl del Olmo, muzikalia.com)

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