Estuvimos en el anunciado concierto de Arizona Baby en Mambo el jueves pasado. Ángel Román (por cierto, no anunciado ni en los carteles ni en las entradas) fue el encargado de abrir la noche en una sala que ya se comenzaba a llenar.
Les acabábamos de ver en el TwoDay Festival, pero aquél día fue cierto aquello de la dificultad de ser profeta en su tierra: un horario desafortunado y constantes problemas técnicos deslucieron lo que habría podido ser un espectáculo mucho mayor. Sin embargo, el jueves se desquitaron, con creces.
Con la excusa de la presentación de su nuevo disco, “Second to None”, el primero “serio”, consiguieron reunir a más de 400 personas en uno de los conciertos con más éxito de la temporada en Mambo. Antes de comenzar proyectaron vídeos e imágenes del grupo, dando un ambiente familiar. Jugaban en casa, estaba claro. Durante más de hora y media fueron recorriendo las canciones de este disco y también muchas del anterior, “Songs to sing alone”, autoproducido. Sonaron impecables y con fuerza, no les costó hacer que la gente cantara y bailara durante casi toda la noche. Como colofón final una versión de “Lucille”, de Little Richard, para mandarnos a casa con un buen sabor de boca.
Sonó a noche grande, de consolidación de un artista local que ya ha despegado, de baño de multitudes, y lo sabían. Fueron constantes los agradecimientos y recuerdo de su trayectoria musical, sabedores de que estaban rodeados de amigos (en primera fila se podía ver también a unas orgullosas madres) y que era una noche de punto y seguido hacia cosas más grandes. Todas las reseñas en prensa y radio de su disco están cargadas de merecidos halagos y parabienes, y el concierto no defraudó en absoluto. Salieron ovacionados y entre “oés”, algo que no todos pueden decir.
(juanignaciosl, valladolindies.net),(flickr.com)